El otro día estuve en la pequeña viña que tenemos colaborando un poco en el proceso de limpieza de las cepas. La verdad es que era la primera vez que iba a una viña a “hacer algo” aparte de mirarla. Y es que este año, después de un curioso y afortunado experimento en la pisa de octubre de 2010, obtuvimos un vino más que decente. Brevemente, decir que una persona cercana a mi círculo familiar decidió hacer vino con la poca uva que teníamos porque, de no cogerla ni usarla, era una pena dejar que se echara a perder o se la comieran los pájaros (que también tiene derecho a comer…pero ¡coño, que no se lo encuentren todo hecho!) .
No tuvo otra ocurrencia que “pisarla” con las manos (pues no disponíamos de los medios habituales para hacerlo), artesanalmente en un barreño en la bodega de casa. Todos nos reíamos, todos nos extrañábamos. Con su cariño, paciencia y, por qué no decir, esperanza de sacar un jugo digno para su primera “pisa”, cada cierto tiempo trasegaba el barreño y lo preparaba para el momento de embotellarlo.
El día que llenó su primera botella nos dejó a todos sorprendidos, atónitos, incrédulos boquiabiertos y fascinados. El vino…¡ era bueno, pero bueno bueno ¡, como dice Joaquín Reyes en su monólogo (para pillar el chiste, pincha aquí -ver primeros 2 minutos-…). En fin, que este año, tras esa suerte del principiante o buen hacer, hemos decido cultivar con más esmero la viña que tenemos con el fin de obtener unas pocas más de botellas y disfrutar de la producción casera de vino en 2012.
Retomando lo de “colaborar” en la limpieza de la viña, esta semana tocó realizar una labor curiosa por su nombre: había que quitarle los “nietos” a las ramas de cada cepa. Sí sí, los “nietos”. Curioso nombre para las ramas que nacen entre las ramas principales de cada cepa y la rama que saca la hoja de la viña. El proceso es tan simple como romper con las manos estas ramas con el fin de que los tallos principales tomen toda la fuerza de la sabia de la cepa, influyendo (esperemos) positivamente en la calidad de la uva al tener que repartirse esta sabia entre menos cantidad de vegetal.
1. Localizar el "nieto" 2. Cogerlo 3. Partirlo
Y es que no siempre la “familia” es buena influencia (por eso de quitarle los nietos a la cepa). Creemos que el nombre le viene del hecho de que la rama que nace de la cepa se considera “el padre o madre” (según preferencias), y la rama de la que nace la hoja de parra el hijo de ésta. Por tanto, el “nieto” es la rama que nace entre ambas. Tiene sentido, aunque si éste no es el origen de la palabra, ruego que alguien me lo comunique con el fin de subsanar el error.
Curiosa la labor que, aunque fácil y relativamente rápida, es costosa para grandes viñedos (pues el coste de mano de obra para llevarla a cabo es mayor que la rentabilidad de obtener una uva de mayor calidad). Sólo pienso una cosa: el año pasado, sin cuidar ni mimar la viña, salió la uva de calidad y el resultado fue un vino bueno. Este año, tantos cuidados, tanto cariño…mmmm, no me fío ni un pelo: vinagre para la ensalada (esperemos que no). ¡Todo por el buen vino!
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Ana Isabel (lunes, 02 abril 2012 10:00)
Y como ha salido al final el vino?
webmaster (lunes, 02 abril 2012 22:59)
Con algo de dificultad!! Y muy soicitado, por cierto. XD Si sigues leyendo las entradas al blog podrás conocer el resultado con TODO tipo de detalles (no tiene desperdicio).
PD: este año ya estamos preparados para mejorarlo